“Para Siempre mi Luciérnaga”
En aquellos tiempos antiguos, en
que los reyes gobernaban vastos territorios, había un rey y una reina que
tenían una hija llamada Lía. Era la niña más bonita de tantos reinos haya
habido. Sus ojos claros y su pelo negro hacían girarse a cualquiera que se
cruzara con ella.
Pero un día la madre de Lía se
pone muy enferma y muere. Todos en el reino están desolados por la pérdida de la
reina. El rey, triste y cabizbajo no sabe cómo hará frente a la crianza de Lía.
Con el transcurrir de los años, la niña va haciéndose mayor y entiende
que su padre debe volver a casarse para ser feliz.
La elegida para ser reina será una hermosa mujer de unas tierras
lejanas, que de la noche a la mañana se convirtió en madrastra de Lía.
Una noche, en el palacio se hace una gran fiesta de
cumpleaños para la niña. Cumple catorce años, y a dicha fiesta están invitados
todos los reyes y reinas, príncipes y princesas de cuantos territorios existen,
con el único fin de encontrar un marido para Lía.
-
Lía, hoy es el día en que tienes que elegir un
esposo- le dijo su padre.
-
Pero papá yo no quiero…
-
¡Silencio! Nunca debes contestar a tu padre-le
dijo el rey.
Lía se encerró en su habitación. Ella
había vivido siempre en aquel reino alejada del mundo. En él nada había
cambiado desde que nació: ni los comercios, ni la plaza principal en la que
tantas veces había jugado con su madre.
-
No quiero casarme con alguien a quien no ame- se
lamentaba Lía.
Sobre el tocador Lía mira un peine que era de su madre, y se lo pasa
suavemente por el cabello. Desde que ella murió, Lía solo se viste con colores
llamativos para teñir su tristeza. A ella no la gusta estar así de triste, a
ella lo que le gusta es leer, escribir historias y reír, reír mucho.
Absorta en sus pensamientos, se da cuenta que sobre la cómoda su padre
se ha dejado ropas masculinas y se le acurre escapar disfrazada de hombre. Buscaría
un lugar en el que empezar de nuevo y se dedicaría a estudiar y a seguir
escribiendo historias. Se haría pasar por un chico para que así nadie decidiera
sobre su futuro.
Pero para lograrlo Lía necesita la ayuda de su fiel sirvienta. Ella la
acompañará hasta el bosque y allí se despedirán.
-
Henar, siempre has sido una sirvienta fiel, y
para mi has sido una amiga. Sabes que quiero ser libre y estudiar. Si me quedo
aquí seré muy desgraciada y moriré de pena. Cuando llegue a otra ciudad te
escribiré.
-
Pero Lía… -se quejó Henar.
-
Por favor…. –dijo Lía.
Sin decir una palabra, Henar carga las cosas de Lía en su caballo
blanco y emprenden el viaje.
La madrastra de Lía se entera de su plan debido a que su sirviente Jan
siempre la anda espiando y con el fin de que la joven no cumpla sus sueños,
manda matar a Lía. Después le dirá al rey que la chiquilla se ha escapado y que
no va a volver.
Escondida en la noche, Lía emprende un viaje interminable. El silencio
es tan pesado que solo se escucha el murmullo del viento y el camino es
iluminado por las luciérnagas.
Pero de repente… ¡PUMM! Sonó un golpe terrible que la hizo girarse.
Lía distinguió en la oscuridad una silueta masculina que la miraba fijamente.
Era el sirviente de la madrastra que se había resbalado precipitándose contra
el suelo y lloraba quejándose que se había hecho una herida en la rodilla.
-
Pero…Jan ¿qué haces aquí?- preguntó Lía.
-
Verás…me manda tu madrastra, quiere que me deshaga
de ti- dijo Jan.
-
¡Qué mujer más mezquina! ¡Venga Jan, sé que no
quieres matarme, tú eres bueno! ¡Si no eres capaz de hacerle daño ni a una
mosca! ¡Vente conmigo Jan y huyamos de ese reino!- le dijo Lía.
-
Pero yo me debo a mi reina- protestó Jan el
sirviente.
-
¿No quieres ser libre?- intentaba convencerle
Lía.
-
Pensándolo mejor, creo que me iré contigo, que
quiero perder de vista a esa madrastra tuya tan malvada.
Cuando se quisieron dar cuenta, Lía y Jan ya habían llegado a una hermosa
ciudad llamada Ergo.
Los dos jóvenes comienzan a estudiar en una escuela, literatura,
música, arte… y se hicieron muy amigos. Llegan a conocerse tan bien, que cada rato que
pasan juntos es más divertido. Lía se siente feliz y Jan ha encontrado en Lía a
una persona libre y llena de vida.
Pasan tardes enteras conversando mientras pasean por los estanques o
contemplando las estrellas en las noches claras. Y a veces, en momentos de
locura, corren por las calles de la ciudad, gritando y empujando a la gente, y
cuando ya no pueden más, se paran y ríen hasta que la risa les deja sin aire.
Los dos amigos terminan sintiendo algo muy especial, AMOR.
Una noche cuando ambos dormían, soñaron que se convertían en
luciérnagas y que eran libres para amarse.
Al despertar, se miraron y comprendieron que habían tenido el mismo
sueño. Mientras esto sucedía ven llegar desde el cielo un halcón con una nota
de la madrastra. Lía la desenrolla y la lee.
A tu casa has de volver
Pues tu aventura debe cesar
Con un príncipe has de casar
Así que hija ¡ven!
Jan y Lía no quieren regresar, pero deben hacerlo para hacer entender
al rey que la malvada madrastra lo único que quiere es la infelicidad de todos,
del rey al creer a su hija muerta y de Lía al no dejarla vivir libre.
Pero ¿Cómo llegarían al castillo a tiempo? Los dos chiquillos se
miraron fijamente y supieron que cerrando los ojos podían volver a convertirse
en luciérnagas y llegar lejos. Así hicieron, cerraron los ojos desearon con todas sus fuerzas ser
luciérnagas.
Volaron hasta el reino y regresando a su forma humana. Llegaron hasta
el rey, que petrificado creyó estar viendo un fantasma.
-
¿Quiénes sois?, mi hija está muerta- dijo el
rey.
-
No papá, soy yo, Lía.
-
¿Y cómo sé que es cierto?- dijo su padre.
-
Porque tu esposa mando a Jan que acabara conmigo.
Pero él es bueno y generoso, así que engaño a esa malvada mujer y se escapó
conmigo. Además, tengo el peine que mamá me regaló antes de morir- dijo Lía.
Aquello dejó al rey con la boca abierta y comprendió que todo era
cierto. Así que encerró a la madrastra en una mazmorra del castillo y dejó que
Jan y Lía fueran felices juntos.
Me cuentan que con el transcurrir de los años, y ya llegando a la
vejez, Lía y Jan emprendieron un tercer y último viaje unidos. Un viaje
convertidos en luciérnagas. Ellos fueron muy felices juntos, pues juntos nos
contaron este cuento, y los cuentos los lleva el viento.
Justificación de la adaptación
Para llevar a cabo la adaptación
del cuento “La Princesa y los Bandoleros” a “Para Siempre mi Luciérnaga”
he tenido en cuenta las edades de los niños, que vas desde los 5 a los 7 años.
Aunque realmente los cuentos nos gustan a la mayoría de las personas, sea cual
sea nuestra edad.
Pero a estas edades una serie de
rasgos característicos los definen: es la etapa del pensamiento intuitivo, por
tanto, experimenta
terrores personales que son normales. Desarrolla el concepto de
identidad individual y su autoestima. Tiene una vida imaginativa rica
y abundante, que le ayuda a entender lo real. Ha desarrollado el concepto
básico de la narración. Desarrolla su capacidad de percepción
selectiva y observación. Tiene un concepto de moralidad absoluto.
Los cuentos con
los que trabajamos deben ser cuentos que le permitan trabajar sus temores
personales; que le hablen de la importancia del individuo. Cuentos
que le presenten la fantasía de manera verosímil, enriqueciendo su mundo
interior. Cuentos con secuencia narrativa clara, unidireccional de trama
predecible pero con finales sorprendentes.
Cuentos que le presenten
finales felices y justos, que le permitan desarrollar su capacidad para
percibir detalles.
Entre sus temas
favoritos están cuentos de hadas sencillos, y de folklore infantil, sobre todo
el asociado a repeticiones y movimientos rítmicos (retahílas, rondas,
letrillas, canciones…)
Les interesa más
la trayectoria de un personaje que el desenlace en sí. La sucesión de acciones
es más motivadora que el argumento. Tienden a identificarse con el héroe y a
consolidar sus propias acciones (mecanismos de proyección e identificación). Entienden
el lenguaje simple y el estilo sencillo. Estructura argumental cronológica
(lineal, sin notas). Les gustan las onomatopeyas,
simulaciones de ruidos, ritmo, rima, sorpresa.
Posible
asociación de la palabra o sonido con el movimiento. Poesías simples. Con vocabulario
adecuado.
En definitiva
cuentos maravillosos:
Hay tres momentos claves en este
cuento en su estructura interna:
1. ° La fechoría inicial, que crea el nudo de la
intriga.
2. ° Las acciones del héroe, como respuesta a la
fechoría.
3. ° El desenlace feliz, el restablecimiento del
orden de los héroes.
En este cuento maravilloso, los personajes
están netamente diferenciados, el héroe, el agresor, la princesa, el que pide
ayuda o envía al héroe en busca de algo, los que auxilian al héroe, el traidor.
El héroe tiene que partir, o estar en situaciones de pérdida, de carencia
(héroe-víctima), sufre la agresión del no-héroe, supera todos los obstáculos,
triunfa siempre, no muere nunca. También puede ser transformado o
transformarse, pero después de muchas vicisitudes, encontrará la felicidad
final: «Y vivieron felices...». La triplicación es constante. Tres veces se
convirtieron en luciérnagas.
Este cuento conserva los motivos. Son de tres clases:
1. Los
personajes: de caracteres convencionales como la cruel madrastra, la princesa,
el rey, el sirviente.
2. Ciertos
temas en el fondo de la acción: animales mágicos.
3. Incidentes
aislados, que comprenden la gran mayoría de los motivos.
Como función imprescindible en la
construcción del cuento está el daño o fechoría que el agresor (el antagonista,
el oponente) hace al héroe, función que pone en marcha la acción del héroe. O
también la carencia, deseo de libertad y amor.
Lo que destaca en el cuento es la
estructura PROHIBICIÓN-TRANSGRESIÓN.
La estructura
es esta:
• Prólogo o
Alejamiento. Interrogación. Información.
• Nudo y
desarrollo o Fechoría. Partida del
héroe-víctima. Prohibición-transgresión. Engaño-complicidad. Socorro.
• Desenlace o
Reparación-Unión-Castigo.
Por tanto, ¿qué es lo que se ha cambiado respecto al cuento original? Se
respetan y conservan los elementos esenciales que constituyen la estructura
interna: la fechoría inicial (la reina que manda al sirviente matar a Lía), las
acciones de la heroína (en el camino y en el encuentro con su padre) y el
desenlace feliz para los buenos, y malo para los malos. También he conservado
los motivos como la persecución de la princesa.
Entre elementos que he cambiado, añadido o suprimido, los que quiero destacar
son:
-
El momento en el que Lía se disfraza de hombre
para conseguir estudiar y ser libre.
-
El tono de humor cuando Lía se encuentra con Jan,
con el fin de suavizar y descargar un poco el tono de la trama.
-
El giro inesperado que toma la historia, al
relacionar a Jan, el sirviente de la reina con Lía, y que de este encuentro
nazca el amor, puesto que esto el lector no lo espera.
-
Que la trama no tenga lugar en el campo, sino en
la ciudad, ya que es un espacio donde la protagonista puede realizar sus
sueños.
-
El poema que la madrastra dirige a Lía, para que
vuelva y pueda volver a manipularla.
-
El elemento mágico cuando se convierten ambos
jóvenes en luciérnagas como símbolo de libertad.
Así que en definitiva, se ha creado un cuento para soñar que podemos
ser libres allá donde queramos, pues sólo nosotros tenemos la llave de nuestra
felicidad.
Fuentes:
- Módulo Docente Literatura Infantil (Irune Labajo González). Centro
Universitario La Salle. Madrid.
- A.Pelegrín. “La Aventura de Oír”.
Cuentos y memorias de tradición oral.
- Autor de los dibujos: Leo, mi hijo, el amor de mi vida.