TALLER DE ESTRATEGIAS. ACTIVIDAD 3. BORRADOR 1
Para llevar a cabo mi actividad he elegido un
cuento para ser contado, pues este libro llamado: “¿Puedo mirar tu pañal?” de
Guido Van Genechten, Editorial SM está enfocado a niños de 2 a 3 años.
El libro lo compré hace algunos años porque
los que había leído en relación al tema del control de esfínteres no me convencían
lo suficiente. Bien porque la edad a la que iban dirigidos no se ajustaba a la
edad real en la que tiene lugar la desaparición del pañal o porque los
consideraba que no empatizaran con el público.
Así que un día me topé con este magnífico
libro que no sólo se acopla a la edad en la que se trabaja con los niños el
control de esfínteres, sino que además está cargado de humor, se ajusta a sus
intereses y es un libro-juguete,
manipulable e interactivo.
A los 2 años los libros han de existir en la
vida del niño como un juguete más. Los cuentos deben tener imágenes que tengan
relación con el mundo que les rodea y este libro que hoy os presento trabaja
todas esas cosas.
“¿Puedo mirar tu pañal?” cuenta la historia de un ratón muy curioso
que siempre investiga y mira todo, hasta que un día decide ver qué es lo que tienen sus amigos los animales
dentro de sus pañales. De esta forma, investigando, investigando le pregunta a
la liebre, a la cabra, al perro, a la vaca, al caballo y al cerdo que es lo que
hay en su pañal. Cuando le llega el turno al ratón, los animales descubren que
está seco y que sus necesidades las hace en el orinal. Así, todos deciden
probarlo también.
Al ofreceros este cuento, he tenido en cuenta
varios puntos:
EL FORMATO: es un libro bastante manejable, con tapas duras en un tamaño adecuado
para que lo manipule el niño de 2-3 años (26,5 X 25,5 cm) y colores llamativos
y simples.
Las ilustraciones también son simples, sin
demasiados adornos puesto que se centra en el tema a tratar.
La tipografía es de imprenta, grande y con
diálogos sencillos adaptados a las edades de los niños.
En cuanto al CONTENIDO: el tema principal es el control de esfínteres, el cual es un tema que se ajusta al momento
evolutivo de los pequeños y a sus intereses. En este momento la seguridad que
podamos aportar a los pequeños es crucial en su desarrollo.
La estructura es lineal: el planteamiento
abarca desde que se hace la introducción del ratón hasta que descubre que hay
otros animales con pañal; el nudo que es la trama en la que aparecen los
diferentes animales enseñando sus pañales con caquita; y el desenlace en el que
el ratón protagonista explica a los otros animales como hace sus necesidades en
el orinal y todos deciden probarlo.
Con esto, vislumbramos que el protagonista
principal es el ratón, ya que es el más maduro, el que es capaz de controlar
sus necesidades y hacerlas en el orinal. Los secundarios son el resto de
animales, los cuales aprenden que es en el orinal donde pueden hacer la “caca”
y el “pis”.
El lenguaje que utiliza el libro está basado
en la repetición mediante diálogos, ya que así es como mejor asimila el niño el
contenido del cuento. La repetición hace que se fije en él el mensaje que nos
quiere trasmitir la historia.
En estas edades intentamos que haya una
participación activa de los niños, ellos pueden bajar las solapas de este
cuento, encontrando la sorpresa. Igualmente se da una etapa basada en el
egocentrismo y lee a partir de imágenes dadas. El eje de la historia se debe
centrar en un niño como él y este pequeño ratón está en su mismo momento: la
desaparición del pañal (ese elemento que les ha dado seguridad durante los
primeros años de su vida).
Este libro muy rico tanto rítmicamente como
repetitivo hace pasar a los niños un rato divertido.
Afirma Piaget, que en el Estadio Preoperacional (2-7 años) el pensamiento del niño es un tanto egocéntrico todavía, todo gira a su
alrededor. En el mundo, las cosas están pensadas y funcionan para que él las
utilice. Esta asimilación del mundo va acompañada de una intencionalidad en
las cosas. Además centra su atención en el animismo. Y para elegir las
primeras historias debemos tener en cuenta que es importante la función
simbólica de los cuentos, hay que ofrecerles otras realidades y debemos
favorecer la socialización.
Trabajando con un personaje familiar que
está animado (habla) nos acercamos más al niño y podemos hacer que canalicen de esta forma sus miedos y sentimientos.
Para llevar a cabo mi actividad en el aula
tuve en cuenta lo que dice Ana Pelegrín en “La aventura de oír”, preparando mi actividad basándome en la
idea de que los animales del cuento maravilloso tienen una vida importantísima.
Tan importante como en la vida del niño. Buscando la ayuda de los animales, se
responde a los mecanismos más reales del cuento maravilloso. Aparecen los
animales como integrantes del mundo interno y externo de las personas, esto es,
aparecen los deseos, cualidades, comportamiento de los humanos.
El
cuento maravilloso alimenta la imaginación del niño.
“El cuento tiene una
estructura secuencial-lineal, unos personajes reconocibles, una forma
lingüística que la memoria aprende sin demasiados obstáculos”.
La
repetición también es una recurrencia de lo maravilloso. Esa apetencia de la
reiteración del cuento se emparenta con la necesidad de reiteración que siente
el niño, de conocer, reconocer,
asegurarse, conquistar la realidad, crecer.
“El niño que escucha lee la
significación de la narración en la entonación, en el ritmo, en el gesto del
rostro y manos, por muy mesurado que éste aparezca. Aprender a escuchar, a leer
signos que comunican, ayudan al niño en la posterior comprensión de «lo
escrito». El escuchar cuentos puede constituir una iniciación de la experiencia
literaria y una puerta-puente a la literatura vivenciada”.
El
cuento es un nexo emocional entre el adulto y el niño.
“Los cuentos nacen para cada
niño, para cada pena o susto o curiosidad de un niño”.
En
este cuento de animales estos actúan como las personas, tienen idénticas reacciones,
deseos y artimañas. Los animales tipifican un rasgo del carácter. Los cuentos
de animales guardan estrecha relación con las fábulas; y suelen ser breves.
“Cuando contamos un cuento, los juegos de
diseños queremos aproximarnos visualmente a los elementos de una voz dúctil,
expresiva: a la entonación ascendente-descendente; altura agudo-grave), el
ritmo (velocidad, duración, pausa), el
volumen (fuerte-débil), el timbre”.
Para
contar este cuento a mis compañeras miré directamente a los ojos de mis oyentes,
expresaba con palabras y gestos aquello que quería contar. No leía el cuento directamente
sino que lo contaba, lo vivía y les hacía preguntas del tipo “¿Qué lleva el
ratón?”, “Vosotras lleváis pañal?”, “¿Qué tiene la vaca en el pañal?” o “¿Dónde
están haciendo los animales la caca y el pis?”. Después de preguntar les hacía bajar la solapa
del pañal buscando la sorpresa del oyente. Y toda emoción es la que pretendía
transmitir.
Mis
compañeras argumentaron que les parecía adecuado dejar tiempo al oyente para
disfrutar un poco más de las imágenes del cuento puesto que así el niño
recibiría mejor el mensaje que se quiere transmitir.
Si
tuviera que volver a contar el cuento tendría en cuenta sus comentarios sobre
esto último, pues debemos aprender constructivamente de esos pequeños fallos
que no nos damos cuenta al cometerlos.
En relación a una autoevaluación
debo admitir que me gustó mucho leérselo a mis compañeras, hacía tiempo que no
lo leía y disfruté de sus caras y sus risas.
Me gusta mucho contar cuentos y
me gusta asistir a talleres para perfeccionar una técnica que a mi modo de
verlo lo considero un arte. Creo que siempre podemos mejorar, pero los niños
son la clave para saber si el trabajo que desempañamos con ellos es el adecuado
o no.
BIBLIOGRAFÍA
·
“¿Puedo mirar tu pañal?” de Guido Van Genechten, Editorial SM
·
“La aventura
de oír” Ana Pelegrín
·
Apuntes
del módulo de Literatura Infantil. Grado de Magisterio de Educación Infantil.
Centro Universitario La Salle de Madrid.
Me ha encantado el cuento que has escogido, ya que por experiencia propia les encanta a los niños de 2-3 años, además ven de una forma divertida a la hora de ir al baño, ya que hay niños que les cuesta y todos tienen su ritmo. Como has comentado es un cuento emocional que da juego a los padres para que no se agobien en circunstancias que en casa los niños les cueste sentarse en el orinal. Como no dar gracias a cuentos como estos para que los niños vean desde otra perspectivas miedos que puedan tener de una manera original y divertida.
ResponderEliminarHola Raquel,
ResponderEliminarTu comentario me parece muy completo y la verdad es que nos narraste muy bien este cuento. Tu elección de estrategia me parece muy acertada; tu argumentación sobre el interés del libro y su adecuación para niños pequeños de 2-3 años me parece muy completa y convincente.
Tal y como cuentas, nos permitiste bajar las solapas de los dibujos, interactuaste mucho con nosotras, y tanto tu tono de voz, como tu lenguaje corporal daban vida a tu narración.
Como bien recuerdas, es importante dejar tiempo a tu público para que observe a gusto las ilustraciones e integre bien el desarrollo de la historia.
¡Muchas gracias por tu trabajo y hacernos disfrutar de tu narración!
Isabelle
Muy buen comentario, Isabelle.
EliminarHola Raquel,
ResponderEliminargracias por este libro. Tu narración fue muy buena. Transmitías expectación, provocabas risas y dabas lugar a la interactuación. Una mezcla perfecta para los niños.
A raíz del análisis del libro y de un comentario, lo que si veo es que quizás este libro los adultos lo podemos utilizar con la finalidad que se comenta, el control de esfínteres, pero también se puede dejar de lado esta intención y permitir que los niños "solo" imaginen lo que llevarán ahí dentro los animales. Creo que sin ir más allá es una temática que daría mucho juego para el "mundo escatológico" en el que se encuentran a estas edades. Me puedo imaginar (y vosotros también) lo que los niños responden a tus preguntas. Con esto y como lo narras (dejándoles un poco de tiempo para asimilar e interactuar) tendrás un público encantado.
Enhorabuena
Beatriz
Completamente de acuerdo contigo en no insistir en la enseñanza funcional de este cuento.
EliminarUna gran entrada, Raquel. Perfecto.
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